01/2024
Panorámica de la discapacidad en centros
Encuesta de discapacidad, autonomía personal y situaciones de dependencia en centros. 2023
En este número...
La información sobre las personas con discapacidad en España es fundamental para poder atender las necesidades de este colectivo e implementar políticas y acciones que promuevan su autonomía personal y mejoren tanto su calidad de vida como su integración social.
Por ello, se hace indispensable conocer qué discapacidades tienen, sus circunstancias y comprender la realidad social en la que viven.
En el año 2020, el INE realizó la Encuesta de Discapacidad, Autonomía Personal y situaciones de Dependencia dirigida a la población residente en hogares, ofreciendo una amplia y valiosa información sobre estas personas.
Esta panorámica de la discapacidad se completa al extender el estudio a las personas residentes en centros, donde un alto porcentaje de ellas tiene discapacidad. Por este motivo, en el año 2023, el INE realiza la Encuesta de Discapacidad, Autonomía Personal y situaciones de Dependencia en los siguientes tipos de centros: residencias de personas mayores, centros de personas con discapacidad, viviendas tuteladas y hospitales psiquiátricos y geriátricos de larga estancia.
El INE agradece la colaboración a todos los informantes y pone a disposición de todos los ciudadanos los resultados obtenidos.
La discapacidad en centros
Población con discapacidad en centros
357.894 personas con discapacidad residen en centros
En 2023, de las casi 380.000 personas residentes en centros, 357.894 declaran tener alguna discapacidad. La mayoría de estas personas vive en una residencia para mayores.
Los hospitales psiquiátricos y geriátricos de larga estancia tienen el mayor porcentaje de personas con discapacidad entre sus residentes (96,0%), mientras que en las viviendas tuteladas se registra el menor porcentaje (86,6%).
¿Qué parte de la población representan?
En España, 7,4 de cada 1.000 habitantes son personas con discapacidad que viven en centros. Esta tasa varía según la comunidad autónoma, siendo Castilla y León (18 por mil habitantes), Aragón (13,2) y Asturias (12,9) las que representan las tasas más elevadas.
En el extremo contrario nos encontramos las comunidades autónomas con menores tasas de personas con discapacidad en centros: Andalucía (3,8 por mil habitantes), Murcia (3,9) y Canarias (3,9).
Se observa que las tasas más altas corresponden a regiones con poblaciones más envejecidas.
Según grupo de discapacidad
Discapacidades con mayor prevalencia
La discapacidad se determina en función de las limitaciones que las personas encuentran en la vida diaria. Siguiendo la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la discapacidad y de la salud, se han investigado ocho grupos de discapacidad: Visión, Audición, Comunicación, Movilidad, Aprendizaje, aplicación del conocimiento y desarrollo de tareas, Autocuidado, Vida doméstica, Interacciones y relaciones personales.
Las discapacidades más frecuentes entre las personas con discapacidad son las relacionadas con las actividades básicas de la vida diaria: cuidado personal, vida doméstica y movilidad. Todos los tipos de discapacidad afectan más a las mujeres que a los hombres.
Los problemas de cuidado personal más frecuentes
El 74,3% de estas personas tiene problemas importantes para lavarse o secarse todo el cuerpo, el 69,6% indica tener dificultad para cumplir con las prescripciones médicas y el 64,3% presenta dificultades para vestirse o desvestirse. Estos problemas, generalmente, se acentúan con la edad.
¿Cómo valoran las ayudas recibidas?
El 95,6% de las personas con discapacidades relacionadas con el cuidado personal reciben ayudas de forma satisfactoria. También están muy satisfechos el 91,3% de las personas con problemas de movilidad y el 89,3% de las personas con discapacidades de aprendizaje.
Las mayores carencias las tienen las personas con discapacidad auditiva y las personas con discapacidad visual, aproximadamente una de cada cuatro declara no tener ayudas y necesitarlas.
Envejecimiento y discapacidad
El envejecimiento de la población en España es un fenómeno que tiene muchas consecuencias sociales y económicas, uno de los efectos es el aumento de personas con discapacidad, ya que la edad es un factor determinante.
De hecho, la mitad de las personas con discapacidad que residen en centros son mayores de 85 años.
Más mujeres que hombres
Dos de cada tres personas con discapacidad que viven en centros son mujeres.
En las edades menores de 70 años el número de hombres con discapacidad supera al de mujeres y a partir de esa edad se invierte, el número de mujeres supera al de los hombres. Estas diferencias son mayores a medida que aumenta la edad. Por ejemplo, en el caso de personas de 85 y más años, 3 de cada 4 son mujeres.
La importancia de las ayudas
El 96,3% de las personas con discapacidad que viven en centros dispone de algún tipo de ayuda técnica o personal.
Elementos como sillas de ruedas, bastones o audífonos (ayudas técnicas) disminuyen la severidad, al igual que sucede cuando reciben cuidados o asistencia de otras personas (ayudas personales).
El 81,8% de las personas tendrían discapacidad total si no dispusieran de ningún tipo de ayuda, este porcentaje se reduce al 56,0% cuando reciben ayudas. La severidad total se reduce con ayudas en todos los tipos de discapacidad.
Estado de salud y enfermedades
¿Cómo perciben su estado de salud?
Cuando preguntamos a las personas con discapacidad que residen en centros cómo valoran ellos su estado de salud, el 42,9% afirma que es bueno o muy bueno, el 39,4% indica que es regular y un 17,7% valora su estado de salud como malo o muy malo.
Se observan diferencias según el tipo de centro en el que residen. Las personas que viven en viviendas tuteladas son las que mejor valoran su estado de salud mientras que las que residen en hospitales geriátricos y psiquiátricos son las que consideran que su salud es peor.
¿Qué enfermedades crónicas padecen?
Las enfermedades crónicas de mayor prevalencia son la artrosis y la diabetes. La artrosis afecta al 34,1%, siendo mayor entre las mujeres (40,4%) que entre los hombres (22,4%) y el 21,3% de las personas padece diabetes, afectando en igual medida a ambos sexos.
Además, el 15,6% de las personas con discapacidad que residen en centros declara padecer depresión crónica y un 14,6% ansiedad crónica. El grupo de edad que presenta mayor incidencia es el de 65 a 79 años, en el que una de cada cinco personas tiene diagnosticada depresión crónica y una de cada seis ansiedad crónica.
La prevalencia de enfermedades más frecuentes también difiere según el tipo de centro. La esquizofrenia es la más frecuente entre las personas que residen en hospitales geriátricos y psiquiátricos de larga estancia, la epilepsia entre los residentes en centros de personas con discapacidad y la artrosis entre las personas que viven en centros residenciales de mayores y viviendas tuteladas.
Las situación de las personas con discapacidad
Accesibilidad
Problemas de accesibilidad
Un total de 77.229 personas con discapacidad que residen en centros se desenvuelven con dificultad en su interior a causa de la existencia de barreras o por la falta de adaptaciones. El lugar donde encuentran más dificultad es en el baño (un 20,7% de las personas con discapacidad tiene dificultad).
Cuando salen al exterior, el 27,9% de las personas afirman tener dificultad para entrar o salir del centro y un 47,9% tiene problemas para acceder a medios de transporte, edificios o vías públicas.
Las personas de 80 y más años son las que tienen más problemas de accesibilidad.
Discriminación
Mayoritariamente no se sienten discriminados
El 94,4% de las personas afirman que no se han sentido discriminadas durante el último año por motivos de su discapacidad. No obstante, 18.031 personas con discapacidad que residen en centros sí han percibido esta sensación, 4.500 de ellas incluso muchas veces o constantemente.
Principalmente, es en las relaciones sociales, en la participación social y en las actividades de ocio y cultura donde perciben la discriminación, independientemente de la edad. Las personas menores de 65 años también tienen esta percepción en gran medida en los medios de transporte y las personas de 65 y más en el ámbito sanitario.
La percepción de situaciones de discriminación se hace más fuerte en aquellas personas con discapacidades relacionadas con las interacciones sociales, el aprendizaje y la comunicación.
Tiempo libre
¿Cómo pasan su tiempo libre?
Realizar actividades durante el tiempo libre es importante para las personas que residen en centros, por este motivo la encuesta indaga sobre lo que hacen o les gusta hacer en sus ratos de ocio.
El 84,9% afirma realizar alguna actividad. Los más activos son las personas que viven en viviendas tuteladas (un 98,6%) y los que menos, los que residen en hospitales geriátricos y psiquiátricos (81,6%).
En cuanto a sus aficiones, encontramos algunas diferencias entre los hombres y las mujeres. Aunque a ambos les gusta ver la televisión y reunirse con otras personas de dentro o fuera del centro, los hombres prefieren hacer ejercicio físico, como por ejemplo pasear, o bien escuchar la radio, mientras que las mujeres prefieren asistir a talleres o cursos y a clases de artesanía o manualidades.
El tipo de discapacidad limita la opción de poder realizar actividades durante el tiempo libre. Esta limitación afecta en mayor medida a las personas con problemas de interacciones y relaciones sociales, problemas de comunicación y de aprendizaje.
¿Qué tal manejan las nuevas tecnologías?
El 29,4% de las personas con discapacidad que reside en estos centros manifiesta no tener dificultad en el uso del teléfono móvil, ordenador o cajeros automáticos. Esta ausencia de dificultad es superior entre las personas de 65 a 79 años (38,4% no tiene dificutad) que entre las personas de 80 y más años ( 24,9%).
Las personas con problemas de comunicación y las personas con problemas de interacción social y relaciones personales son las que mayor dificultad tienen con las nuevas tecnologías.
En general, mantienen contacto frecuente con sus familiares y amigos
La mayoría de las personas con discapacidad que residen en centros mantienen contacto con sus familiares o amigos , aunque no todos con la misma frecuencia.
Las personas más visitadas o las que más se reúnen con sus allegados son las personas de 80 y más años, un 28,4% los ve todos o casi todos los días y un 46,3% al menos una o dos veces por semana. En el lado opuesto se encuentra el 2,8% de las personas de esta edad que no ve nunca a sus familiares o amigos y el 8,7% que los ve menos de una vez al mes.
Las personas que viven en centros residenciales para personas con discapacidad son los que con menos frecuencia ven a sus familiares, tan solo 4 de cada 10 los ven todas las semanas.
El contacto con familiares y amigos también lo mantienen por teléfono. La mitad de ellos afirma hablar todas las semanas, incluso casi uno de cada 4 lo hace todos los días. Sin embargo, esta forma de comunicación no es viable para un 33,9% de las personas con discapacidad que viven en centros.
La valoración sobre la frecuencia del contacto con familiares o amigos es positiva para la mayoría de las personas, un 74,3% la consideran adecuada.
Autonomía personal
Nivel de autonomía personal limitado
La avanzada edad, sus discapacidades y la organización del centro influyen en la toma de decisiones relacionadas con su autonomía personal.
De las 357.814 personas con discapacidad que residen en centros, solo el 8,2% decide qué y cuándo comer, el 19,7% decide cuándo asearse y el 23,0% cuándo acostarse o levantarse. Estas personas encuentran mayor autonomía para decidir cómo y con quién pasan el tiempo libre (59,1%) y cómo decorar su habitación con cosas personales (51,4%).
Otros aspectos, como la autonomía para tomar decisiones sobre como administrar su propio dinero también está limitada, solamente 3 de cada 10 lo hacen y respecto a su ropa, aproximadamente la mitad de ellos deciden qué ponerse.
En general son las personas de 80 y más años las que tienen más limitado su nivel de autonomía, pero tenemos alguna excepción, como por ejemplo cuando hay que decidir con quien compartir la habitación, en ese caso son las personas de 6 a 64 años las que menos poder de decisión tienen (solo un 16,0% lo hace).
Las personas con discapacidad que viven en viviendas tuteladas participan en mayor medida en las decisiones relacionadas con su autonomía personal que las que viven en otro tipo de centro, por contra, en los hospitales de larga estancia residen las personas con menor nivel de autonomía personal.
Los servicios que reciben
Cuidados personales
También reciben cuidados extra no proporcionados por el centro
Casi la mitad de las personas con discapacidad que vive en un centro afirma recibir cuidados personales extra no prestados por éste. Entre los que no reciben estos cuidados, un 2,8% declara que sí los necesitaría.
Siete de cada 10 personas que reciben cuidados ajenos al centro lo hacen de manos de personal contratado, y en menor medida, de un familiar (23,1%) o de servicios sociales de organismos no públicos (4,6%). Por último, son muy pocos los que reciben estos cuidados de amigos.
Casi la totalidad de las personas con discapacidad residentes en centros (95,8%) se sienten satisfechas con la asistencia proporcionada por el propio centro o por un agente externo a él y consideran que es suficiente.
Servicios
Servicios disponibles en residencias para mayores y centros para personas con discapacidad
Casi la totalidad de las personas que viven en residencias para mayores y en centros de atención para personas con discapacidad disponen de un control de dieta personalizada, actividades de promoción de la autonomía, rehabilitación, estimulación cognitiva, terapia ocupacional, logopedia y fisioterapia, además de asistencia para las actividades de la vida diaria.
Otros servicios están adaptados al perfil y las necesidades de los residentes, por ejemplo, el 94,9 % de las personas que viven en centros para mayores disponen de atención médica o geriátrica mientras que este porcentaje es del 68,6% entre los residentes en centros para personas con discapacidad. La atención psicológica o psiquiátrica está más presente en los centros de personas con discapacidad (92,4% personas lo tienen) que en las residencias de personas mayores (74,7%).
Empadronamiento
¿Están empadronados en el centro?
El padrón municipal es un registro administrativo que reviste una gran importancia para que las personas inscritas puedan tener acceso, con todas las garantías, al uso y disfrute de los servicios públicos de educación, sanidad y servicios sociales en un municipio, y al ejercicio del derecho de sufragio, entre otros aspectos.
Toda persona que viva en España está obligada a inscribirse en el Padrón del municipio en el que resida habitualmente y debe constar el domicilio habitual.
En el cuestionario dirigido a centros se ha indagado sobre si tienen como requisito de admisión la obligatoriedad de empadronamiento de sus residentes.
El 23,4% de los centros afirma que sus residentes deben empadronarse cuando son admitidos, siendo mayor este porcentaje en los centros públicos (37,2%) que en los privados (19,0%).
El mayor porcentaje lo encontramos en los centros para personas con discapacidad, donde un 31,0% tiene como requisito la obligatoriedad del empadronamiento para sus residentes. Cabe destacar el porcentaje de viviendas tuteladas públicas que tienen este requisito (43,2%).
¿Cuánto gastan mensualmente en discapacidad?
El coste mensual de la residencia, los medicamentos, lo servicios adicionales... suponen un gasto para las personas con discapacidad. Este gasto aumenta con la edad, así, el mayor desembolso lo hacen las personas de 80 y más años, un 33,8% gasta entre 1000 y 2000 euros al mes y un 17,5% más de 2000 euros. En el lado opuesto se encuentra el 19,0% de las personas de esta misma edad que no tienen ningún tipo de gasto.
Servicios en viviendas tuteladas
Las viviendas tuteladas también disponen de diferentes servicios para sus residentes. El 86,4% de las personas tienen asistencia las 24 horas, el 85,2% pueden acceder a actividades para favorecer la autonomía y el aprendizaje y un 83,7% tienen opción de actividades culturales y de ocio.
Los servicios menos frecuentes en las viviendas tuteladas son los de peluquería y podología (tan solo un 29,7% dispone de ello), además de la atención médica o geriátrica, disponible para un 32,6%.
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