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Correspondencia entre la extrema longevidad de las poblaciones desarrolladas y los datos estadísticos

24-03-14

Para Rosa Gómez Redondo, la longevidad en España está feminizada

El aumento de la longevidad en los países demográficamente avanzados y sus consecuencias sobre el incremento de la cifra de personas centenarias y su peso en la estructura poblacional fue analizado el pasado día 6 de marzo en la sesión técnica “Supercentenarios: emergencia, evolución y método de verificación” organizada por la Escuela de Estadística de las Administraciones Públicas en la sede del INE en Madrid. 

La ponente, Rosa Gómez Redondo, Catedrática de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), explicó que desde 1970 se ha producido una notable emergencia de población centenaria, como nunca en la historia.

Así, desde hace 40 años en las regiones de baja mortalidad, como Europa, se observa un aumento de la esperanza de vida y de la longevidad. Y explicó que este fenómeno está enmarcado en un doble proceso: la compresión de las defunciones al final del ciclo vital de la población y el desplazamiento de la muerte a edades cada vez más avanzadas. 

En el caso concreto de España, Gómez Redondo afirmó que la longevidad está feminizada y presenta la misma tendencia entre los supercentenarios (mayores de 110 años).  Así, la vida más larga observada en España es de 114 años, edad a la que fallecieron un hombres y dos mujeres.

Método de verificación 

La ponente compartió con los asistentes uno de los objetivos claves de la demografía actual: la necesidad de contar con una base de datos sólida y fiable.

En este sentido, la línea de investigación de la UNED, que representa a España en la red internacional “International Database on Longevity (IDL), pretende verificar la calidad de los datos en efectivos de población poco numerosos como es el caso de las personas que sobreviven y mueren con 110 años de edad.

El proceso de verificación cuenta con datos del INE como fuente básica y con la información suministrada por los 1.871 Registros Civiles, que permite localizar a los potenciales supercentenarios fallecidos.

Posteriormente, se aplica la técnica del “maching” de estos documentos vitales que enmarcan la vida de un longevo,  una vez obtenidos los certificados de nacimiento de 1877 a 1902 y los de defunción del período 1987-2012. El procedimiento sigue  el protocolo del IDL y los resultados pasan a formar parte de su banco de datos científico.

Conclusiones

Entre las conclusiones presentadas en la sesión técnica cabe destacar, por un lado, la mejora de la calidad de los datos de partida en los que basan la verificación. Y, por otro, que los datos de fallecidos con más de 110 años están hiperregistrados, verificándose como falsos superlongevos más de las dos terceras partes de las muertes registradas con esa edad.

Según concluyó Gómez Redondo, la verificación de datos de la población superlongeva y la participación en la red del IDL, permitirá realizar estudios con mayor representatividad estadística en el futuro. Y esta red científica potenciará análisis rigurosos para regiones europeas, que aportarán conocimiento al establecimiento de hipótesis de longevidad en las futuras proyecciones de población.