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Censos de Población y Viviendas de 2001

La aldea de las personalidades / Lista de colaboraciones

Foto del Sr. Vicente Alvarez ArecesSr. D. Vicente Alvarez Areces
Presidente del Principado de Asturias
Gijón


Breve reseña estadística

En el Diccionario Geográfico y Estadístico de Pascual Madoz (1845), se dice que Gijón es residencia del gobernador militar del distrito, de un "gefe" de ingenieros, comandante de artillería para toda la costa, y comandancia militar de marina para toda la provincia. Se halla situado a la falda y en el declive de una colina casi rodeada por el mar cantábrico, de cuyos embates la resguardan murallas y otras obras de muchas solidez. Tiene 6.213 almas que viven en 1.022 casas, que se cuentan en su casco y arrabales, muchas de ellas de buena fabricación y comodidad. Las calles en lo general son anchas, rectas y bien empedradas, pero en algunas se halla deteriorado el piso a consecuencia de los acarreos. Para surtido del vecindario hay muchos pozos y 3 fuentes de aguas que aunque gruesas al paladar, son saludables. Las casas consistoriales aunque bien situadas y de fabricación moderna no tienen el local suficiente para el despacho de las muchas y variadas ocupaciones del ayuntamiento; y la cárcel edificada en parte sobre la muralla vieja, es quizá el edificio más antiguo, se halla en mal estado y necesita urgentes reparaciones análogas a su objeto. El Instituto, fundado por el célebre D. Gaspar Melchor de Jovellanos, natural de esta villa, se destinó a la enseñanza. En 1810 fue reducido a escuela de náutica; luego volvió a ser instituto. Por acuerdo del Sr. Jovellanos le está agregada la escuela de enseñanza primaria. Además de esta escuela hay otras frecuentadas las unas por niños solamente, otras por niñas, y algunas por alumnos de ambos sexos. También hay en esta villa sociedad Económica, que en el día, casi no existe más que de nombre. Tiene iglesia parroquial dedicada a San Pedro Apóstol; hospital... El correo se recibe en la estafeta de esta villa; hay en ella un administrador con 5.000 reales de sueldo.

Cuando nace Vicente Álvarez Areces, en los años 40, Gijón ha experimentado un considerable crecimiento y tiene una población de 101.341 habitantes, o almas en la terminología decimonónica. La población sigue creciendo vertiginosamente y, en 1991, el Censo contó 259.067 personas, de las cuales 123.485 eran varones y 135.582 eran mujeres.

Gijón. Por Vicente Álvarez Areces

La diferencia entre el Gijón que recuerdo, el de mi infancia -yo nací en 1943- y el que hoy tenemos ante nosotros, es abismal. Pero hay muchas cosas que nos unen. El mar y la concepción abierta de la vida, de la calle y de las relaciones son elementos que nos unen.

El Gijón del año 43 era el Gijón de la postguerra. Mi barrio, el barrio de La Arena, era el extrarradio de la ciudad. Los niños teníamos la costumbre de andar descalzos en la calle y en la playa porque prácticamente era la misma cosa. Muchos de aquellos partidos los jugábamos en aquel Gijón donde apenas circulaban coches y donde la playa era elemento de referencia para todo: jugar al fútbol, pelearse, disfrutar y también para ir, de vez en cuando, a pescar con una caña en los muelles o en el Piles, no tan limpio y descontaminado como hoy.

Y barrios como el que yo viví, el de La Arena, eran barrios con una personalidad muy fuerte. Jugábamos en la calle, disfrutábamos de las relaciones, los juegos, de la salida al extrarradio. Hoy, desgraciadamente, ese ya no es el modo de vida. Pero la generación que vivió todo eso lo sigue recordando con nostalgia. Desde la casa donde yo nací se veía el mar. Hoy hay edificaciones que son barreras naturales entre una zona que debería de haber sido más cuidada. Ese urbanismo desarrollista de los 60 castigó a todos los gijoneses y les privó de tener, en uno de los espacios más emblemáticos, una ordenación urbanística ejemplar.

Desde entonces hemos rescatado muchas cosas. El mar, sus paseos y sendas costeras, son un privilegio del que pueden disfrutar cientos de miles de personas porque han sido recuperados para los ciudadanos. Se ha rehabilitado el viejo barrio de Cimadevilla, también símbolo de la primitiva ciudad, uno de esos barrios que todo el mundo considera suyo. Se ha convertido en una zona espléndida haciendo también una apuesta muy firme para que los viejos habitantes del barrio siguiesen viviendo allí a pesar de la remodelación urbana.

La ciudad, que apenas tenía 100.000 habitantes, supera hoy los 230.000 como consecuencia de un fenómeno inmigratorio tras el cierre de instalaciones industriales y mineras en las comarcas del Caudal y del Nalón. Eso ha traído a Gijón a muchos miles de ciudadanos procedentes de esas zonas, y de otros territorios como Castilla y León, Extremadura o Andalucía, que vinieron a trabajar a aquella Asturias que era una de las más industrializadas en el siglo pasado, y en la que se configuraron empresas como Aceralia, los astilleros y otras.

La ciudad creció desordenadamente en un corto espacio de tiempo. Hasta mitad de la década de los 70 no hubo instancias democráticas capaces de hacer una planificación acorde con esas necesidades. Se constituyeron barrios segregados de la ciudad, convertidos casi en ghetos, donde era habitual escuchar "vamos a ir a Gijón" cuando se desplazaban a disfrutar de un paseo marítimo. Hoy esos barrios tienen una calidad de vida que se asemeja, si no la supera, a la de cualquier otra zona o barrio residencial de la ciudad. Se cosió la ciudad, por así decirlo. Teníamos un barrio degradado, el de la Cábila, uno de los exponentes máximos de ese chabolismo. Hoy está recuperado. Se llama El Llano y tiene una excelente organización con el centro de la ciudad, con equipamientos de primer orden.

La Calzada se unió al centro de la ciudad a través de la urbanización del barrio de El Natahoyo. Los terrenos de la antigua fábrica de Moreda son un lugar espléndido para vivir. Los astilleros que dejaron de tener actividad se convirtieron en hermosas playas para uso y disfrute de muchos miles de personas. Y prácticamente toda la costa: desde La Campa Torres hasta el límite de Villaviciosa, excepto la zona del puerto que todavía tiene ocupación industrial. Es un viejo sueño convertido en realidad, un paseo público espléndido. El Campus de Gijón es uno de los mejores de España por ser un campus desarrollado a partir de un concepto moderno y planificado de las enseñanzas universitarias, símbolo de la Asturias del futuro. Gijón es una ciudad de grandes equipamientos con un sistema público de enseñanza espléndido y magníficas instalaciones sanitarias.

Todo el mundo se siente identificado con su primera institución: el Ayuntamiento, fiel reflejo de un liderazgo democrático para construir una ciudad distinta al servicio de la inmensa mayoría de los ciudadanos. Tiene a su frente una mujer, una Alcaldesa que está desarrollando una labor espléndida. A pesar de que el descenso demográfico general en Asturias afectó a muchísimos concejos, Gijón todavía va a seguir recibiendo procesos inmigratorios, en más leve escala. Eso refleja que es una ciudad que ofrece calidad de vida y un modo de interpretar las relaciones muy abierto y plural.